De la búsqueda de empleo y CVs (25)

Mi búsqueda de empleo parece haber acabado. Escribo «parece» porque en la vida no hay nada seguro, salvo la muerte y la irrecuperabilidad del tiempo perdido.

 

Recientemente platicaba con una de mis tesistas y surgió el tema de los «reclutadores». Ella me platicaba su experiencia de como, tras moverse en su organización, para buscar algún candidato que le reemplazara, el personal de RRHH le pidió información de lo que hacía. Así como se los mandó en el correo, así lo publicaron como perfil para un potencial candidato. RRHH no preguntó siquiera si las fusiones y las habilidades que requerían eran  producto de una formación académica, de capitación ex profeso o de su experiencia y auto aprendizaje. Encontrar a alguien que supiera hacer exactamente que ella hacía iba a estar muy, muy difícil. Adicionalmente, de hallar alguien que pudiera llenar parte del perfil, ¿entendería el reclutador aquello que sí cumplía y aquello que no? Difícilmente.

Esta experiencia me ha dejado ver precisamente lo que ocurre con y en muchas empresas. Incluso aquellas que se dedican a esto, que se especializan en la contratación de personal dedicado a la informática y la computación, no entienden mucho de los requerimientos o lo que implican tales requerimientos. La mayoría quiere que, si el requerimiento dice «java», entonces en el currículum debe mencionar varias veces esta palabra y se apoyan en los «años de experiencia» que la persona pueda tener. Fuera de esto, salvo raras ocasiones, el reclutador no tiene ni idea de lo que expuesto requiere, cómo el candidato puede cubrirlo, ni de lo que realmente busca o necesita el cliente.

Durante este tiempo pasé varias entrevistas. En algunas pude ver que entre el reclutador y yo no había «química«, generalmente cuando el reclutador hábilmente te pregunta que le describas cómo es que tu pretendes llenar la vacantes y tu experiencia al respecto (momento en que te das cuenta que el reclutador no tiene idea de lo que busca). Al término de la entrevista daba por concluida dicha oportunidad y sabía que debía seguir buscando. Una segunda entrevista no se daría.

En otros casos, cuando el reclutador  se esforzaba por tratar de conocerme, de saber sobre mis experiencias y habilidades, abrigaba una esperanza de pasar ya a una entrevista con alguien más técnico, alguien con quien supiera que al hablarle de una tecnología o conocimiento pudiera valorarlo a mi favor. También, tuve algunas de éstas (en menor número que las de sólo primer contacto). En muchos de estos casos ya no supe el porqué fui descartado. De las explicaciones recibidas algunas decían que por experiencia y otras hablaban de una inclinación por candidatos más habilidosos. Pero, siempre queda la duda ¿fue algo que dije?, ¿no di la respuesta esperada?, ¿exageré?, ¿cree que miento?, ¿fui demasiado honesto?, ¿pretendo mucho?, ¿tienes miedo que te quite tu puesto? En fin, muchas razones pueden haber verdaderamente detrás a las que a uno le comunican. Ello se lo pierden.

Solamente me topé con dos casos en lo que me dijeron que estaba sobre calificado para uno de los puestos pretendidos. Entendible.

Algo que también pasó muy frecuentemente, que en un inicio atribuí al nerviosismo preelectoral, fue el que las posiciones o proyectos eran cancelados o suspendidos. Después de las elecciones pareció que las cosas recuperaban momentum pero conforme se acercaba el cambio de gobierno, el fantasma de esta indecisión volvió a hacer acto de presencia. Muchos me dijeron que yo era quien encajaba perfectamente en lo que necesitaban pero que esperaban a que ciertos proyectos o decisiones (u otras entrevistas) se dieran para confirmarme. Nunca lo hicieron. Así, veo que en muchos casos, la publicación de ofertas laborales son a veces «de avanzada»; previos lo que un proyecto (que seguramente ya está retrasado) podrá requerir en «humanware«. Desafortunadamente uno debe vivir estas cosas para entender que en la búsqueda de empleo no hay cosas seguras ni oportunidades aseguradas.Pese a lo que uno le digan, si no se desea perder tiempo, uno debe continuar y continuar buscando. Ésta sólo termina cuando uno «ya firmó».

Y a veces las oportunidades (y por alguna razón así lo imaginé) surgen de donde uno menos lo espera. Un aviso, atractivo en título pero que consideré poco probable por ser foráneo resultó no sólo en una oportunidad de empleo que cristalizó, sino que puede ser ese empleo que siempre soñé.

Ha sido una travesía de varios meses que si bien ha rayado en lo frustrante, desesperanzador y cansado, también ha sido un viaje de aprendizaje, reforzamiento y lucha contra los propios demonio internos. Ya veremos a qué nos lleva la siguiente aventura.

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