En la resolución de problemas

Este no es un post sobre tecnología. No es sobre programación. Es sobre cómo identificar un problema y cómo resolverlo. Se trata de un talento que se vuelve un arte y que es posible perderlo a pesar de haberse aprendido.

Actualmente, nos hemos convertido en criaturas complacientes que simplemente buscan la más conveniente aplicación que nos dé una solución. Gastamos tiempo en encuadrar un problema a cómo lo queremos encontrar, cuando debemos enfocarnos a identificar las piezas que componen al que nos enfrentamos y dilucidar el método que nos guiará a la solución.

Nuestra época se caracteriza por buscar ya no sólo la píldora mágica que cure nuestro mal, simplemente buscamos la primera aplicación que nos provea un confort inmediato sin importar sea temporal o no, sin importar sea una solución o no.

La importancia de la efectiva solución de problemas nunca ha sido más necesaria. La tecnología nos da un enorme poder para afectar nuestro entorno y con un gran poder viene una gran responsabilidad. Las decisiones que hagamos hoy no solamente tendrán consecuencias en el futuro sino que afectarán a muchos más debido a la continua expansión que la tecnología nos provee para interactuar cada vez más con otras personas, aplicaciones, equipos y sistemas; sean o no soluciones.

Conforme las interacciones en el mundo se vuelvan más complejas y frecuentes, la selección del método para resolver un problema, se vuelve imperativo. Ya no sólo se trata de resolver el problema. Ya no se puede llevar a cabol a solución de un problema sin considerar las implicaciones de llevar a cabo dicha solución. «Tener la visión a futuro» es lo que muchos dicen.

Todos enfrentamos problemas, todos solucionamos problemas. Un problema existe cuando hay una disparidad entre un estado deseado y el actual. Las soluciones nos permiten colocar recursos para minimizar dicha disparidad.

Debe reconocerse que los problemas son las posesiones de los tomadores de decisión guiados por un propósito. Sin un propósito no hay un problema. Al determinar la mejor forma de solucionar un problema debe considerarse como el contexto de otros afectan nuestra posible solución. Implementar una solución sin considerar lo que vendrá después es como jugar ajedrez creyéndose el único jugador en el tablero, estando destinado irremediablemente a la derrota.

Un prerrequisito para manejar el mundo real es la habilidad para manipular un arsenal de técnicas de resolución de problemas para una variedad de situaciones y condiciones. En una carrera para resolver un problema habrá competidores que en busca de la solución exacta consuman mucho más tiempo que aquellos que se conforman con encontrar una simple, rápida y aproximada solución. Algunas veces tener una solución, sin importar la precisión o efectividad de ésta, es mejor que esperar por alguna que sea superior a ésta, pero la forma de como proceder requiere juicio.

Es muy simple echar mano de la Internet o del software comercial para obtener algo que nos dé una posible solución o la idea de ésta. Tiempo después cuando la solución (software) falle para manejar realmente nuestro problemas, se tirará, archivará u olvidará y los trabajadores regresarán a resolver el problema original, ese será el momento en que debe decidirse si volverá a repetirse el error de buscar una solución fácil o aquella permanente.

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