Continuando con esta serie. Algunas ideas más de como ha cambiado este negocio.
Un elemento central del cambio fue la demanda por contenido nuevo y creatividad. Una demanda que llega por muchos lados. El punto importante aquí es que muchas compañías se dieron cuenta de esto y además entendieron que no podían ellas mismas responder a tal demanda. Debieron abrirse antes de que alguien más «les comiera el mandado».
Creo que todavía a la vuelta del siglo, pese a la proliferación de empresas y canales de TV de paga, se pensaba que producir TV era algo reservado sólo a grandes compañías dueñas de estudios, quienes eran las únicas de hacerles frente a las cadenas de canales de TV para poder venderles material que estas transmitirían. Al menos yo empecé a saber de producciones de series de TV que eran llevadas a HBO, por ejemplo, por alguno mexicanos, con miras al mercado latinoamericano. Pero, la idea de la «empresa grande» que «apadrinara» seguía vigente, aparentemente.
Desde mi perspectiva, las cosas parece que empezaron a cambiar (al menos en México, en el resto del mundo quizás las cosas eran ya diferentes), hará casi unos 10 años. En aquel entonces empezaron a surgir algunas series, que no sólo habían sido filmadas en la CDMX, sino que parecían ser producidas por empresas muy diferentes y alejadas del «Televisa» o «TV Azteca» a los que uno estaba acostumbrado. Algo que al parecer tuvo mucho éxito pues detonó muchas producciones.
La llegada del streaming fue lo último que ha terminado por concretar este cambio. Ahora, los productores ya no estaban limitados a vender a compañías que tuvieran presencia en TV abierta o de paga. Nuevo modelo se estaba gestando, un modelo que sólo requería una buena conexión a Internet y un dispositivo digital (desde un teléfono, pasando por tabletas, consolas de juegos y computadoras, hasta pantallas inteligentes).
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