Propiedad intelectual, piratería, «uso justo» y descarga de imágenes (1)

¿Cuántos de Uds., queridos lectores de este blog, no han navegado por la Internet y encontrado una imagen que les gustaría conservar en su equipo? Dudo mucho que alguien me diga que no ha sido así. Dudo menos que alguien me diga que se ha resistido a descargarla por respeto a la propiedad intelectual o algo similar. Menos lo creeré de alguien de México. Quizás lo creería de alguien de un país donde las leyes a este respecto fueran más severas (EE.UU. o algún país de la UE), o una cultura de honor más arraigada (Japón, por ejemplo) pero aún así tengo mis reservas.

Antes de entrar en lo práctico, algunos pensamientos al respecto. Creo que, salvo países donde la cuestión legal de la propiedad legal esté verdaderamente por los suelos (alguna república bananera o algún país africano), a todos nos queda claro que el uso de algo que explícitamente declara derechos de propiedad intelectual, autoría, patente o algo similar es indicador de que debemos pedir permiso o pagar por usarlo, siendo definitivamente robo o plagio el intentar de hacerlo pasar como propio o no dar la correspondiente mención de su origen.

Lo mismo aplica incluso si su creador o dueño quiere compartirlo (y de hecho en muchos casos es una necesidad, digo «si no anuncias, no vendes») con el mundo en forma limitada, no buscando más que recibir el respectivo cita y reconocimiento por su trabajo. La era digital que nos ha tocado vivir vino a cambiar y replantear mucho de los modelos tradicionales de licenciamiento y venta de productos y servicios. Por supuesto las obras y productos digitales o digitalizados (imágenes, audio, video) les fue mucho más traumático el cambio. Quienes supieron adaptarse lograron ganar (Netflix, Apple, Spotify), quienes quisieron innovar demasiado rápido o resistirse al cambio, perdieron (Napster, la industria fílmica y discográfica). Incluso a la industria del software le fue difícil adaptarse.

Hoy se acepta que uno debe ceder en un inicio a mostrar o permitir un uso limitado (en tiempo o funcionalidad) de un producto o servicio a fin de poder hacerse de espacio en el mercado. Los autores saben que deben darlo y darse a conocer, pero también evitar plagios y poder recuperar algo de la inversión hecha en su desarrollo.

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