Dibujos animados y el psique

Leía hace tiempo en el Excelsior1, sobre aquella preocupación de nuestros padres con la que creció mi generación. La verdad es que los que ahora somos padres enfrentamos un panorama mucho más amplio de este problema: streaming (lo que incluye a servicios como Netflix y YouTube), TV de paga, celulares y tabletas electrónicas.

Cuando mis hijos eran más pequeños me preocupaba lo que el contar con canales con programación para niños las 24 horas del día estaba causando en términos de horarios y disciplina. Yo crecí siguiendo una rutina en la que en la tarde la TV era para nosotros, los niños, la tarde-noche para la familia y la noche (a partir de las 22 horas) y madrugada para los adultos (con una programación en la que difícilmente uno podía hallar lenguaje obsceno y sexo explícito). La TV de paga vino a cambiar eso, al grado que hoy en día en la TV abierta ya no hay ningún recato.

La TV de paga vino a alterar todos estos horarios y buenas costumbres. Si bien YouTube mantiene cierta decencia al respecto del sexo y la pornografía, los servicios de streaming de paga y lo que puede hallarse, quiérase o no, en la Internet es un problema mucho mayor.

Mis hijos están entrando en la adolescencia. La TV realmente no la ven ya como esa «droga que se enchufaba diariamente para que toda la familia recibiera su dosis». Aprecian y disfrutan de una buena película y tienen sus preferencia por ciertos programas pero, donde yo veo ya ciertos síntomas de adicción y abstinencia es en el uso de los celulares y tabletas electrónicas, y no precisamente sobre su uso con videojuegos sino en el seguimiento a video blogs.

YouTube puede ser una herramienta maravillosa para aprender muchas cosas pero igualmente puede ser un peligro u obstáculo, provocando lo contrario. También, empiezo a ver las estrategias que mucha empresas de medios empiezan a usar, muy similares a las que usaban las televisoras anteriormente, creando «estrellitas» y un contenido adictivo y pueril a su alrededor para explotarlas (a la «estrellita» y sus seguidores). Tal es lo que ocurre con varios «bloggers«.

Curiosamente (y de forma muy similar a lo que uno podría esperar de un narcotraficante) se menciona mucho en varias fuentes documentales que muchos de los magnates o innovadores de la industria de medios y aplicaciones en Internet prohiben o limitan a sus hijos hacer uso de la tecnología con la que ellos están amasando una fortuna2.

Referencias

  1. «Dibujos animados afectan a los niños«, Excelsior, sección Dinero, página 27. Ciudad de México, 2011.09.24. URL: http://www.excelsior.com.mx/periodico/flip-nacional/24-09-2011/portada.pdf.
  2. Nick Bilton, «Hatching Twitter: A True Story of Money, Power, Friendship, and Betrayal«, Sceptre Books; London, Great Britain, 2013.

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