Durante agosto fui contactado por una empresa, subsidiaria de Samsung, que le trabaja a Mercedes-Benz y BMW (que es lo que recuerdo que mencionó el reclutador) para cuestiones de inteligencia artificial y UX de vehículos autónomos. Fui contactado nuevamente durante la semana del sismo de septiembre pasado. Por el momento parece haberse enfriado el asunto. Espero que el sismo no haya ahuyentado a los inversionistas.

La semana pasada (al momento de escribir este post, y es que ya tengo varios encolados para ser publicados), me llamó la atención un aviso en LinkedIn en el que ofrecían un puesto para un ingeniero de pruebas de software y UX en Tesla Motors. No recuerdo por qué apliqué para el puesto, pues la industria automotriz no es lo mío. La cosa es que lo hice. Un poco para mi sorpresa fue que recibí una respuesta de seguimiento a la que mandé mis documentos (CVs y carta de presentación). Me resulta curioso que de las oportunidades de empleo a las que he tenido seguimiento, ambas sean relacionadas con la industria automotriz.

Algo también digno de mencionar de este proceso es el que, la empresa que parece estar dando el servicio de reclutamiento, pese a que le mandé mi CV y que apliqué haciendo uso del famoso botón «EasyApply«, ¡me pidieron rehacer mi CV con el formato que ellos manejan! Por lo que ahora debo agregar un aspecto más a la pesadilla que es el tema de objeto de esta serie de posts.