Cómputo Afectivo

No hace mucho leía este tweet,

que obviamente llamó mi atención.

Siguiendo el enlace en el tuit, el primer párrafo del texto al que llegué era lo que se espera «de cajón» por lo que lo asimilé y continué. Desafortunadamente, en el segundo párrafo se lee «Esta nueva área de investigación de las ciencias de la computación…» y ahí supe que el «artículo» era pura pérdida de tiempo.

Para quienes estamos metidos en el tema del análisis de subjetividad en términos de computación e informática, sabemos que aunque el tema data de mucho más tiempo atrás, se acepta que el tópico o área (según se quiera ver) del cómputo afectivo inicia en 1995 con la obra epónima de Rosalind Picard1. En el área de la computación e informática, decir «nuevo» es hablar del año pasado o, a lo más, 5 años atrás. Nadie considera como algo novedoso algo de mayor antigüedad.

Si bien el «artículo» expone los buenos deseos en general de lo que el tema del cómputo afectivo busca, éste no es en sí una sola disciplina. El tema es demasiado complicado y matizado para poderse considerar una única subdisciplina aislada en las ciencias de la computación. Por ejemplo, en términos del reconocimiento de las emociones o sentimientos de fuentes de datos textuales, el campo se denomina «análisis de sentimientos» (Ciencias de la Computación -> Inteligencia Artificial -> Procesamiento del Lenguaje Natural -> Lingüística Computacional -> Minería de Opiniones -> Análisis de Sentimientos) y tareas equivalentes pueden ser halladas en el procesamiento de imágenes (incluyendo video), procesamiento de señales (especialmente audio), háptica e, inclusive, cómputo e informática forense.

Quizás el autor se dejó llevar por algo muy similar a lo que le ocurriría a cualquier lego que se dejara llevar por la ya conocida gráfica de «Hype Cycle«, de Gartner, Inc., que en 2014

y 2015

muestran ya al «Affective Computing» como una tendencia tecnológica. Claro, una «tendencia tecnológica» más no un «nuevo campo de estudio» que como usted sabrá, querido lector, no es lo mismo y seguramente no dejará engañarse.

El autor del citado artículo es especialista en ciencias políticas, por lo que el desliz es perdonable, pero como dice el dicho, «zapatero, a tus zapatos».

Referencias

  1. «Affective Computing«, Wikipedia, URL: https://en.wikipedia.org/wiki/Affective_computing.

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