De cultura e infraestructura vial (48)

Bien, finalmente pasamos al tema de los peatones. Esos entes a los que a últimas fechas se les ha estado diciendo que son reyes de las calles, y que lo han creído. Expondré el porqué creo que hay algo mal en todo esto.

Primero, el peatón es un elemento más del sistema de tránsito y, como tal, con el fin de mantener la equidad en el uso de sus recursos (del sistema vial), la sana convivencia y el respecto de cada uno de sus usuarios, así como el control del sistema, no puede haber privilegios. Pueden haber ciertas concesiones y preferencias pero no privilegios. Es un mal uso de un término para nombrar la intención que hay detrás. Un mal uso que lleva a malas interpretaciones y a problemas posteriores.

El hecho de hablar de una preferencia de paso (el término correcto) es hablar de una guía que debe ayudar a tomar decisiones entre los usuarios de los recursos viales (calles, banquetas, avenidas, etcétera). Por ejemplo, en el caso en que ambos– peatones y conductores –tengan derecho de paso, los conductores deberán ceder el paso a los peatones. Suena lógico, ¿no? Quién va sentado y protegido del entorno (digamos la lluvia) debe permitir que quién está haciendo un mayor esfuerzo (el peatón) y desprotegido del entorno tenga el paso más rápido. Pero esto no puede interpretarse como el que el peatón puede cruzar cuando «se le da la gana,» que es lo que la mayoría de la gente entiende. Así, creen que en el momento en que tocan el arroyo vehicular todo conductor está obligado a verlos y detenerse.

Un conductor entiende que cuando tiene el derecho de paso puede acelerar (hasta los límites permitidos) y conducir relativamente despreocupado de que otro auto lo impacte o que un peatón se cruce. Sí, es cierto que un conductor debe estar alerta y preveer accidentes pero un conductor es una persona, con un tiempo de reacción que, aún para el más rápido, no puede ser disminuido. La velocidad de nuestro sistema nervioso es subsónico y a esto hay que sumarle un tiempo de razonamiento y reacción, que sumado a las leyes físicas (en particular la tercera ley de Newton) impiden evitar arrollar a todo peatón o ciclista que imprudentemente crucen a mitad de la calle y aparezca de repente a un metro, dos o hasta 10 delante de un vehículo que circula hasta 60 km/h.

Por supuesto no justifico ni escudo a todos aquellos conductores que temerariamente conducen sin cuidado alguno y (por descuido y consecuencia) arrollan a un peatón, pero no hay estadísticas que nos digan quién fue el responsable del accidente. En general, lo primero es culpar al conductor pero no es una regla. Siendo un conductor responsable uno sólo puede entender que un atropellamiento ocurre por la imprudencia del peatón.

Ahora, ¿habría que preguntarse por qué un peatón o ciclista se arriesga a morir cruzando la calle sin voltear siquiera? ¿Por qué cruzan mientras los autos tienen la luz verde y derecho de paso? ¿Por qué cruzan creyéndose los «reyes de la calle»? Porque así se los ha hecho creer.1-4

Referencias

  1. Ignacio  Gómez, «Presentan el decálogo del peatón«, Más por Más, México, D.F., 2012.07.23. URL: http://www.maspormas.com/noticias/df/presentan-el-decalogo-del-peaton.
  2. «Cómo ser un buen peatón en el DF«, Más por Más, México, D.F., 2012.07.23. URL: http://www.maspormas.com/noticias/df/como-ser-un-buen-peaton-en-el-df.
  3. Sonia Peña, «Peatón será el ‘rey’ en Miguel Hidalgo«, Más por Más, México, D.F., 2012.12.09. URL: http://www.maspormas.com/noticias/peaton-sera-el-rey-en-miguel-hidalgo.
  4. Karen Andrade, «Cuando el peatón es el rey de las calles«, Más por Más, México, D.F., 2012.12.12.URL: http://www.maspormas.com/noticias/df/cuando-el-peaton-es-el-rey-de-las-calles.

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