En la entrada previa de esta serie, mencionaba los tintes generacionales del asunto. El asunto es tan complicado que cualquier solución que no vea más allá del periodo de gestión de una administración, es sólo una solución temporal. Creo que entendrán el punto de vista. Adicionalmente, tampoco puede ofrecerse una solución definitiva. Sabemos que cada solución traerá consigo acciones que a su vez traerán problemas y tampoco podemos preever los cambios sociales y tecnológicos que habrá en el futuro, así como su impacto.
¡Entonces? Bueno, creo que aquí es donde deben entrar las organizaciones públicas. Yo no dudo que muchas de ellas tengan planes de largo plazo pero creo que al final sufren de lo mismo que sufrimos todos: los partidos políticos.
Como una enfermedad estacional, los partidos políticos afectan e infectan todo aquello que tocan conforme obtienen su turno al poder. Muchos son ya lo que se quejan que estos no funcionan y llegan a ser un obstáculo. Creo que aquí, además de ser una buena oportunidad para demostrar su valía, es algo que debe reinvindicar su razón de ser.
Así entonces, la primera idea sobre como romper el círculo vicioso de esfuerzos y soluciones temporales es mediante algo que no esté expuesto a esto. Se puede plantear planes de largo plazo con caracter oficial pero al final debe uno aceptar que nuestra sociedad y sistema de gobierno está preso de estas organizaciones. Una vez aceptado esto, debería trabajarse en hacer que éstas trabajen para nosotros y no nostros para ellas.
