Y el veredicto sobre Potzollcalli es…

Acabamos de regresar de comer-cenar en el restaurante Potzollcalli que se encuentra en la Av. Cuauhtémoc 249, Col. Roma, México, D.F; lugar al que acudimos atraídos por el enorme anuncio espectacular que está sobre este señalando que el viernes ofrecen una promoción 2×1 en tacos y quesos. Este es el recuento de la experiencia.

La primer desilusión ocurrió al preguntar por la promoción que nos atrajo, al ya estar sentados y a punto de ordenar.

Tras ordenar y esperar el servicio, ocurrió el segundo incidente

así como el tercer punto en contra

Sólo como referencia. El sábado pasado fuimos a desayunar a la Marquesa (nos quedamos en el parque «El Pachón»). Ahí un queso fundido con chorizo (verdadero chorizo) vale lo mismo que en el Potzolcalli. La diferencia es que el del Potzollcalli contiene menos queso y una cosa café grasienta (afortunadamente es sólo una capa, ni crean que es algo sustancioso) que sirven como chorizo y que no se parece en nada a lo que se muestra en el menú; viene acompañado por tres tortillas de harina.

Mientras comíamos y observábamos que todas las meseras presentan sobrepeso (que según dice Miriam es por la comida que el restaurante sirve, implicando —digo yo —que ésta engorda). Miriam observó que otro comensal estaba quejándose con el capitán de meseros.

A mí se me habían acabado las tortillas y ordené un poco más. Aunque tras la espera no quedó de otra que hacerla saber.

Poco después apareció la mesera pero mi sorpresa fue mayor al ver el resultado de mi espera.

Además, lo que trajo, delgado y doblado parecía otra cosas y no una tortilla.

Ahí se le agotó la pila a mi teléfono, por lo que aquí continuo lo que siguió. Resultó que en esos momentos, el capitán de meseros regresaba de la mesa del comensal quejoso pero exhibiendo una sonrisa y riéndose. Miriam me dijo «Algo le pusieron» y me contó del a sonrisa y risas del mesero y personal de la cocina que llegó a ver. Pobre sujeto, quien sabe que le hicieron o pusieron a su comida.

Poco después terminamos, ordenamos la cuenta y pagamos. Los niños recibieron los juguetes que su paquete incluían. Juguetes que sólo se ven en un mercado o salidos de una piñata en una fiesta popular. Por lo que cobran uno esperaría algo mejor. Obviamente ni a los niños les gustó lo que recibieron.

Así, nuestro veredicto es: caro, con mal servicio, peligroso (por lo que pueden darte si te quejas de algo), atraen a los clientes con engaños, es piso está sucio (lo han de limpiar sólo una vez al día) y requiere mantenimiento (es piso tiene hoyos, que pueden provocar un tropezón), de aquí que no regresaremos a este restaurante ni nos dan ganas de probar algún otro de la cadena.

Un comentario en “Y el veredicto sobre Potzollcalli es…

  1. Para comentar que: efectivamente qué pésimo servicio dan. Y para que lleven la cuenta peor. A los meseros se les olvida qué se les pide o están distraídos o de plano no les gusta atender. Si pagas con tarjeta nunca pasa, ¿qué será necesitan una jaladas de orejas o qué fregados?

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