«Nubes» es un término con el que, además de los asuntos del clima, me topado muy frecuentemente en últimas fechas. Todo mundo habla de «nubes». Me refiero aquel servicio con «call number» 004.6782 en la clasificación decimal Dewey y que corresponde al «cloud computing» (cómputo en la nube).
Más o menos desde la proyección de Iron Man 3, en la que se menciona hacen uso del poder de una nube de cómputo de Oracle para reconstruir la escena de un atentado, me he venido topando frecuentemente con el dichoso término, a pesar de que éste ya tiene un rato entre nosotros.
Paradójicamente, a pesar de ser un subscriptor de los servicios de iCloud de Apple, yo me había venido rehusando a hacer uso de las «nubes» por cuestiones de disponibilidad (no de la nube en sí sino del medio para alcanzarlas; mi último empleado, por ejemplo, impedía poder hacer uso de ellas) y de seguridad (simplemente no me había convencido el concepto hasta el momento).
Hasta hace unos días que me puse a hacer algunas cosas desde un computador que no era el mío, decidí recurrir a los servicios de Google Docs y Google Drive para hacerlas y almacenarlas. Dadas las facilidades de acceso, integración y sincronización entre equipos para trabajar sobre el documento decidí que ya era hora de darle un vistazo al concepto.
Hasta el momento todo ha ido bien. De hecho demasiado bien que me ha llevado a generar varias ideas y comentarios. Inicialmente planeaba colocar mis impresiones en un sólo post pero me he atrasado en plasmarlas y ya son demasiadas como para colocarlas en una sola entrada. Por el momento dejaré este tema hasta aquí y poco a poco iré soltando mis impresiones al respecto.



