Cambiarse de equipo de cómputo es un engorro. Parecerá fácil para muchos pero para todos aquellos que basan sus actividades personales o profesionales en ellas es como un cambio de domicilio, con todo lo que implica un cambio de casa. Para quienes hacemos  del computador nuestro asistente personal, herramienta universal y multimedio de comunicación, nuestra computadora es una extensión más del hogar y nosotros mismos: un lugar de trabajo, un área de juegos, un elemento de contacto con el mundo exterior, nuestra memoria, nuestro segundo cerebro.

La computadora de un hombre es su castillo.

El cambio de computadora implica mucho más que sólo desempacar, conectar, instalar el sistema operativo y configurar por primera vez. La mudanza empieza en el momento en que uno tiene el nuevo equipo listo y a su gusto para iniciar la transferencia de datos y documentos personales, luego vendrá la reinstalación de aplicaciones y una nueva ronda de personalizaciones en  la configuración del equipo, sistema operativo, preferencias de la interfaz de usuario, aplicaciones de parches y actualizaciones hasta domar a la bestia y nos sintamos a gusto con el nuevo computador y retomemos las actividades sobre éste.

Todo aquel que diga que cambiar de computadora es fácil entonces quizás no la necesite del todo.

Mientras que éste es un proceso que ocurre una vez cada dos o cinco años, quizás más, lo cierto es que es una oportunidad en la que algunas cosas pueden probarse y validarse, por ejemplo:

• En lugar de preparar un respaldo o paquete de archivos a transferir, convendría mejor tomar los archivos que van a llevarse al nuevo equipo del más reciente respaldo del equipo anterior. Si bien, muchos de los que hacemos respaldos regulares (y que creo somos pocos) basamos nuestra estrategia en aplicaciones o utilerías creadas ex profeso (e.g. Time Machine), éstas tienen la particularidad de resguardar la totalidad del sistema. Transferir nuestro archivos a partir de la recuperación de estos respaldos tiene el inconveniente de llevarse también aplicaciones ya no deseadas y elementos de (o toda) la versión anterior del sistema operativo también. Esto último es inevitable cuando son respaldos basados en imágenes de disco. Además de estos respaldos, siempre he creído que debe tenerse una segunda copia de seguridad basado en otra aplicación y forma de respaldo, generalmente limitadas a los archivos de nuestras cuentas (y no del todo el equipo como mencionado anteriormente). Este momento es una excelente oportunidad de validar la confiabilidad de estas copias.

• Otra forma de pasar nuestros archivos al nuevo equipo es mediante alguna utilería de transferencia como el Migration Assistant para el caso de la Mac OS X.La ventaja de esta opción es que además de llevarse nuestros archivos personales se incluirán datos de aplicaciones y del sistema operativo como estado, configuración y preferencias. Algunas consideraciones de este método son: La mudanza puede llevarse archivos de aplicaciones que ya no se necesitarán, consumiendo algo de espacio en disco innecesariamente y que convendría depurar antes de efectuar el respaldo.

Para este caso conviene hacer la transferencia de las cuentas empleando una conexión ethernet directa entre los equipos, desconectándolos de cualquier otra conexión de red, esto puede acortar el tiempo de transferencia de varias horas a una media hora o menos (dependerá del volumen de bytes). El método tiene algunas ventajas, como el hecho de incluir la configuración que ya teníamos para algunas aplicaciones y entornos de trabajo (ahorrándonos volver a aplicarlas) pero puede presentar algunos riesgos como el incluir elementos de registros confidenciales (e.g. contraseñas de acceso a redes, elementos de privacidad y seguridad en browsers). Debe considerarse que es útil si se trata de equipos personales pero representará un un problema si se trata de un equipo compartido o de un empleador (y que habrá que devolver posteriormente).