La industria no se dio cuenta de ello hasta que fue muy tarde. Desde que algo pudo ser concebido y hecho un archivo de computadora la suerte estaba ya echada.
Quizás en lugar de «la industria», el «mundo del copyright» es lo que deberíamos escribir. Para la industria del cómputo el archivo era algo obligado y necesario para preservar, organizar y localizar datos. Los sistemas de archivos (file systems) eran algo se veía como propio del mundo de las computadoras. Nada más. Algo aburrido incluso, quizás.
Desde que los archivos surgieron en el mundo de las computadoras, dada la baja capacidad disponible durante muchos años, jamás se pensó que pudieran ser un riesgo, al contrario de algo netamente operativo y necesario se pasó a algo atesorable. Jamás se concibió pudieran ser una amenaza.
No fue hasta recientemente (una década) que las cosas cambiaron pero para lo cual debieron consumarse tres elementos:
- Equipos de cómputo veloces y potentes.
- Alta capacidad de almacenamiento.
- Capacidad de digitalización.
Los primeros para poder procesar la enorme cantidad de datos que se requerían para generar la información necesaria para dar vida útil a lo que podría ser conservado digitalmente. Lo segundo para mantenerlo. Lo tercero para concebirlo y materializarlo.
Aunque pudiera pensarse que la industria de cómputo ha venido desarrollándose exclusivamente alrededor del poder de procesamiento, lo cierto es que también lo ha hecho alrededor de los archivos. No sólo los dispositivos de almacenamiento y sus correspondientes canales de comunicación con el computador han venido creciendo, madurando y evolucionando sino que la capacidad de transferencia de estos entre los dispositivos de cómputo ha sido también campo de estudio y de innovaciones tecnológicas.
Redes de comunicaciones, protocolos de transferencia, algoritmos de compactación son algunos de los elementos que han sido determinantes referentes a crear y compartir archivos.
Aunado o derivado de esto aspectos de funcionalidad y aplicación de tales elementos han visto su nicho en el desarrollo de aplicaciones que permitan conjuntar y facilitar al usuario la experiencia de adquirir y compartir archivos.
Hoy en día (y creo yo en el adecuado orden de ocurrencia) música, películas y libros son los temas cotidianos en la queja constante sobre la piratería y la merma del negocio que estaba alrededor de ellos.





