Hace unos días, antes de pasar a pagar algunas cosas, pasé a un cajero automático para obtener algo de efectivo. Pasé por la entrada de la sucursal de Banamex, vi que la fila de Banamex 1 tenía sólo dos personas y que no había mucha gente en el resto de la sucursal, aún así decidí formarme en la fila del cajero automático, donde había 4 personas. Sabía que tal vez esperaría un poco más pero, personalmente, me desespera mucho el servicio de las sucursales.
Al poco rato llegó más gente hasta sumar 8 (algunos se asomaban a la sucursal, no faltó la típica «señora copetona de lentes obscuro»s que buscaba meterse en la fila) cuando a mí me tocó hacer uso del ATM, después de unos 5 u 8 minutos de espera. Desde la fila, así como el área de cajeros, se puede ver la sucursal; estoy seguro que algunos de los que estaban formados por lo menos sabían que podían optar por entrar a la sucursal porque miraban al interior pero al parecer hay una cierta preferencia por el cajero automático al servicio de un cajero humano en ventanilla. Esto me hizo pensar.
Yo al menos prefiero hacer uso de un cajero automático a acudir a una ventanilla porque me desespera mucho el estar formado y ver como el cajero se pone a platicar con sus compañeros de trabajo o los clientes. Sí, comprendo que el que conversen con el cliente es hasta una forma de cortesía y amabilidad para hacer su estancia en el banco más «familiar» y agradable. Entiendo también que si un cajero tiene una duda deba recurrir a su supervisor o compañero de trabajo. Desafortunadamente no siempre es así. Muy frecuentemente me ocurre ver como el cajero se pone a platicar de otros temas con clientes (más allá de cualquier cortesía) o con sus colaboradores, tengo que ver como el cajero se levanta para ir a buscar a o llama a alguien con un facultamiento adicional para autorizar alguna operación, me toca ver como el cajero se pone a llenar un formulario o le pide al cliente hacerlo o anotar algo, me toca ver como el cajero se para y desaparece para regresar minutos después, y no falta el vival que busca meterse en la fila o que se adelanta para preguntar algo y de ahí agarrarse para ser atendido (o el ejecutivo del banco que mete a un cliente), mientras que los que estamos en la fila esperamos, sin la menor consideración o respeto por nuestro tiempo. También no falta el cliente que va a hacer varias operaciones en ventanilla o aquél que hace una operación que parece se requiere seguir el más tortuoso y lento procedimiento administrativo del banco. Todo esto sin importar se trate de una fila normal o con atención preferencial. Por eso prefiero hacer uso del cajero automático, me parece menos desesperante.
Al terminar mi transacción notaba que la fila en la ventanilla de Banamex 1 seguía igual, lo mismo que el resto de las ventanillas y ya comenzaba a verse más gente en el interior de la sucursal. Mientras me retiraba me preguntaba si, tal vez, mi percepción no es diferente de la de los demás, sí la gente igual prefiere hacer uso de un cajero automático por parecerle más ágil y menos desesperante que el personal que atiene en ventanilla.


