De la instalación de aplicaciones en Mac OS X y Windows

Desde Mac OS, la instalación de aplicaciones en las Mac siempre ha sido un proceso mucho más simple que en Windows, donde las aplicaciones suelen por regla recurrir a un instalador para que la parafernalia de DLLs y demás programas que la componen queden debidamente distribuidos en el file system y anotados en el Registry para poder usarla. A pesar de ser un sistema operativo diferente, la transición de Mac OS a Mac OS X respetó esto en gran medida y,  como en su predecesor, basta con copiar la aplicación al directorio estándar donde éstas residen para efectuar la instalación.

No hace mucho comentaba esto con un amigo, quién me ofreció un punto de vista interesante al respecto, y que respeto ya que lo considero un buen conocedor y desarrollador en Windows. Ambos concordamos en que si bien no hay sistema operativo perfecto, ayuda que el programador no haga «cochinadas» en éste. Es apegarse al conocimiento, disciplina y buenas prácticas el hacer que algo se haga bien o no. Por lo que, en el caso de estos sistemas operativos,  el que sea simple o complicado instalar una aplicación es inherente al diseño del sistema operativo y que obedece a una razón, no a un capricho, epifenómeno,  casualidad, o error (aunque esto último pudiera tener cierta plausibilidad). Es al final consecuencia de las buenas o malas costumbres de desarrollo y programación, de conocimiento o ausencia de éste el que el entorno de un sistema operativo vaya «ensuciándose» (entendiéndose esto como el dejar archivos sin uso) tras la instalación, utilización y eliminación de aplicaciones en éste.

Aunque no es raro, sí es cierto que algunos productos para Mac OS X incluyen un asistente o instalador que además de copiar la aplicación, efectúan algunas actividades adicionales (aunque aquí es el menor de los casos). Personalmente, de las aplicaciones que he instalado en mis equipos, la única con que me he topado con un proceso de instalación similar al de Windows ha sido la de Microsoft Office for Mac (desde la primer versión para Mac OS X hasta hora la 2011), quizás por reminiscencia o compatibilidad con la versión de Windows.

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