El fin de semana se publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación con el que se procedía con la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LyFC). Como ya sabemos, días antes el líder del SME acudió a Los Pinos para solicitar la intervención presidencial a fin de que la STPS le reconociera como tal (tras denuncias de un proceso electoral sindical con irregularidades). Se le cumplió el deseo al SME y el presidente entró en el proceso, aunque para anunciarle su extinción.
En estos dos días, he oído muchos comentarios al respecto. Desde los que hablan de movilizaciones y movimientos revolucionarios hasta los «se acabó y no pasa nada». Hay quien opina que el problema sindical fue sólo el pretexto, que esto ya se veía venir. Hay otros que dicen que se trató de una acción caprichosa, sin pensarla apropiadamente. Que es un error político, este esto y que lo otro.
Yo soy la opinión que, si bien el problema de la elección del líder sindical fue el inicio, definitivamente el pretexto debería considerarse que fue el SME quien acude a Los Pinos a plantear un últimatum de reconocimiento. Cualquiera (gobierno, empresa o persona) ante un últimatum, si se dice tener cierta dignidad, responderá de manera defensiva. A mi no me extraña esta reacción tras tal amenaza. Y, también, soy de la opinión, que se tardaron en hacer esto.
Por supuesto que habrá manifestaciones, desplegados, pronunciamientos y demás expresiones de rechazo a la extinción de LyF, principalmente de quienes más pierden con esto (aviadores, parásitos y líderes sindicales). Yo creo que el grueso de los trabajadores tomará su liquidación, serán recontratados con por la CFE (hasta les va a ir muy bien a muchos de ellos) y el mundo seguirá su marcha.
Para la mayoría de la gente el SME era un sindicato consentido y privilegiado, era algo ganado o concedido en otros tiempos. Muy cierto. Un sindicato crece en la medida que la empresa (o estado) lo deje crecer. Para bien o para mal. Pero también es cierto que toda empresa que no es productiva no tiene razón de su existencia. El proceso natural de un mercado productivo sano es la extinción de todo aquello que no genere una ganancia (mal entendido por muchos como riqueza). Al final es lo que se dice de LyF, que era ineficiente. La mayoría de la gente pienso dará la razón a este argumento. La clientela de LyF, en general, no está muy contenta del trato, gestión y servicio recibidos del SME, y para que haya una reacción popular de apoyo en contra de la extinción de LyF requerirán del apoyo de la gente que durante mucho fuimos clientes cautivos.
